LAS AGRESIONES Y LA VIOLENCIA EN LA PAREJA
En una relación de pareja puede
presentarse la agresión física y/o psicológica, cuando se manifiestan los
gritos, insultos, amenazas, golpes, etc. Ò cuando se pretende desvalorizar a la
pareja, aparecen los reproches con una continua discusión que perturba la
relación, pues en este vínculo comienza a establecerse la indiferencia, acompañada a veces con amor
y odio.
Es de suponer que toda
relación de pareja es por amor y cuando en un vínculo está el ingrediente de
la violencia, ya es señal de mal funcionamiento de la pareja y se caracteriza
por los excesos, sin respetar la razón de cada uno.
Estas situaciones vividas
complican el vínculo afectivo en la familia, ya que los hijos heredan ésta
vivencia y cuando sean adultos lo manifestarán de alguna manera.
Cuando el hijo/a se construye
con la violencia, cuando ésta se les trasmite de manera temprana, será una
persona violenta en la adultez.
Son los padres quienes tienen
la influencia directa para su formación y desarrollo del niño. En consecuencia;
la personalidad de un sujeto violento es porque ha sido estructurado así. Por
eso en la adultez; Nada mas está manifestando lo que aprehendió en su vivencia
infantil.
El proceso de construcción por
lo que atraviesa el sujeto violento es:
- Ante los padres violentos el niño/a
vivencia y se identifica con un ambiente cargado de agresividad.
- El niño/a toma como modelo “la
violencia” como la forma de
relacionarse y cuando éste hijo es adulto, expresa en múltiples
manifestaciones la conducta salvaje.
También podría desencadenar en
alguna patología o forma de perversión. Ya que como los padres son los encargados y responsables de almacenar la energía sexual
del infante. En algunos casos; La violencia experimentada es erotizada y que
posteriormente lo manifestaran en el sadismo y/o masoquismo en el sujeto.
Nadie está sólo en este mundo,
todos los hombres como seres humanos siempre buscarán formar una pareja, así
que después de terminar una relación, más tarde
igualmente buscará formar otra nueva. Sin embargo; con el correr del
tiempo, en la pareja se desgastará el amor y el deseo.
Cada uno de nosotros queremos y
apreciamos nuestros valores, íntimamente sentimos un amor hacia nosotros y nos
cuestan renunciar a ello, a veces la defendemos a toda costa sin darnos cuenta
de que tal vez deberíamos ser un poco flexibles con nuestra pareja y nos
aferrarnos a ese capricho, porque esto
trae como consecuencia conflictos _ desarreglos en la pareja, pues una relación
de pareja necesita de ambos, ambas partes deberían de conceder voluntades,
aunque sus deseos sean relegados.
Algunas veces, la pareja tiene
problemas justamente por estos sinsabores, es molesto para uno aceptar la
voluntad del otro sin que esto sea de su agrado, y si estas amarguras no se
tramitan en la pareja, mas tarde
aparecerán nuevamente pero en mayor grado y con consecuencias
desagradables. Estos sucesos sucesivos originarían discusiones interminables en
la pareja, creando un clima de malestar en la familia.
Eso de imponer lo propio a la
pareja, o la defensa caprichosa a nuestra posición personal es por que tenemos
miedo de perder aquello que es considerado importante para nosotros y que nos
hace diferentes a los demás.
No es fácil priorizar la
armonía de la pareja por el de deseo individual.
Si observamos un caso: una
mujer quiere mirar su novela favorita,
él quiere mirar el clásico del partido de fútbol. Ante estas
pretensiones, uno de ellos resignará a sus deseos, acumulando un rencor que más
tarde se manifestará bajo cualquier forma. Inclusive en lo más mínimo.
¿Entonces, con que ganas va a acceder al
sexo con su pareja?
En consecuencia, para evitar
estos conflictos se necesita de mucho esfuerzo personal, de tiempo considerable
y la voluntad de ceder con características y hábitos de cada uno, renunciar a
costumbres de nuestra familia de origen para crear un espacio propio, de ambos,
que podría ser valorado por la pareja.
El aporte de ambos enriquece y
brinda un mayor potencial de armonía en la pareja y poder así desarrollar
proyectos en común, y más aún, el encuentro sexual sería más placentero.
“si un hombre ama a una mujer es porque
no la desea
y si la desea, es porque no la ama”.
Al constituirse una pareja,
cada uno debería de asumir lo que ésto representa, alegrías y tristezas, con
las características propias de cada persona. Pues estas sensaciones las tendrá que confrontar cada vez que
experimente un encuentro amoroso.
Tenemos que tener en bien en
claro que, cada vez que se inicia una
nueva relación amorosa, se terminará en
algún momento, tarde que temprano se terminará por alguna razón. Aunque en
algunas veces es por problemas de infidelidad.
A las mujeres se les exige
fidelidad total y a los hombres que se les tolere la infidelidad.
Pues él cree que es valedero su
conducta infiel, en la medida que satisface sus deseos eróticos que no pudo
realizarlo con su cónyuge, pues con esta acción, se complace y reafirma su
condición de “hombre” y así poder
gratificarse al ser deseado por otra
mujer que no sea su conyugue.
Algunas mujeres toleran esa
infidelidad, por que han aprendido a reconocer y aceptar como un hecho natural
de “todo macho“. Dicen “el hombre es así,
que mas podemos hacer”. Algunas
mujeres no encuentran explicación a ese comportamiento de los hombres, tienen
dificultad para encontrar una verdadera razón de esta conducta infiel de su pareja y no les queda otra
explicación que “la otra es más joven”,
“más linda”, “ella no tiene
hijos, no trabaja como yo”, o “él no se
da cuenta que le tienen engañado”, “esa
mujer la usa y está por su dinero nada más”, o tal vez se quejan anunciando:
“todos los hombres son iguales y lo único que les importa es el sexo, piensan
en sexo, sexo y sexo nada más”, y cuando
en ellas se apodera el desprecio, denuncian; “todos los hombres son unos
cerdos”.
Y usted, nuevamente se
preguntará ¿Por qué serán algunos hombres así?
Por que sencillamente, debemos de reconocer que hay desigualdad entre el
hombre y la mujer ya que en la relación, el hombre siempre tratará de encubrir
su infidelidad a su pareja.
Si revisamos el primer capítulo,
donde digo que la madre es el primer objeto de amor que tiene un niño y que
luego lo perderá para siempre, y a partir de ese momento, el deseo sexual hacia
ella quedó resignado para otras mujeres que no sea la madre. Entonces,
sólo conservará los sentimientos de ternura hacia ella.
En la adultez estos registros
se mantienen en un sujeto, es como si estuviera dividiendo el amor; por un lado
el amor sin sexo, que implica, romance, ternura, cariño, etc. Y por otro lado ejercer su sexualidad sin ningún
compromiso ò vínculo amoroso.
En consecuencia, en hombre no
podría estar satisfecho sexualmente a plenitud con una sola mujer. Puesto que a su cónyuge la sobrevalora
afectuosamente, la vè como una mujer respetable, que es la madre de sus hijos, su
compañera, donde se la debe de respetar
y cuidar con todo el amor necesario.
Consecuentemente, ella también responde a estas exigencias de su hombre,
donde ella la cuidará, atenderá a su marido en las necesidades domesticas y
hogareñas. Entonces; él estará muy
cómodo, complacido. Ella igualmente, estará a gusto con él por que tiene a
quien cuidar y proteger con su cariño y ternura; como una madre que cuida y
atiende a su hijo con todo su amor.
Hasta aquí todo parece
funcionar con normalidad en la pareja. Pero el deseo sexual quedará reprimido ò
inhibido en ambos.
Él, como hombre que es, buscará
satisfacer sus deseos más íntimos con otra mujer que no sea su conyugue, por
que en esta otra encontrará la estimulación eróticas deseada. Pero ésta otra no es cualquier mujer, él
considerará que es una mujer inferior a su pareja; puede ser una “prostituta” o
una “puta”; Una de ellas que se “entrega” fácilmente y que él puede satisfacer
todos sus deseos eróticos mas censurados y reprimidos, y así lograr deleitar sus
placeres “sucios”, que no los podría concretar con su conyugue por considerarla
una buena mujer, “limpia”.
En estas condiciones expuestas,
si éste hombre renuncia el deseo erótico con esta otra y valientemente mantiene su fidelidad a
su conyugue; Se amargaría, hasta se podría enfermar fácilmente, sufriría hasta
de impotencia sexual por este conflicto psíquico, porque es aquí donde
inconscientemente se remonta la imagen de su madre y el pensamiento
incestuoso. Algunos hombres tienen
relaciones sexuales con algunas mujeres a quienes no aman, por que así mantiene
distante el erotismo con su conyugue que está imaginariamente representando a
su madre.
Entonces; Cuando la otra,
elegida solamente para mantener relaciones sexuales, les recuerda en algún
momento a su madre o conyugue, éste responde con impotencia sexual, se inhibe
psíquicamente, se distancia bajo cualquier pretexto.
Usted habrá escuchado algunos
comentarios como:
·
“Teniendo a una hermosa mujer, la engaña con
esa cualquiera que no la llega ni a los talones” ò
·
¿Cómo sale con esa ordinaria, teniendo una
mujer tan distinguida?
Por que justamente; El hombre
busca exteriorizar la satisfacción de su sexualidad libremente con una mujer
“desvalorizada”, donde solamente sea un objeto sexual que le brinde placer, en
donde no se inmiscuya ningún compromiso afectivo ò amoroso. Pues, no lo
encontraría con su pareja por el amor y respeto que tiene hacia ella.
A veces, vemos como algunos
hombres que pertenecen a la clase social considerada alta, buscan o tiene una
amante que pertenece a la clase baja.
Entonces; así podríamos
entender el por qué el hombre intelectual busca a una mujer mediocre, o el
adinerado; a una mujer de escasos recursos económicos.
Y en el caso de las mujeres es
parecida al del hombre; el comportamiento sexual y amoroso.
Cuando una mujer ama a su
hombre con tanta ternura y brinda atenciones hogareñas, psíquicamente se está
disfrazando como si fuera la madre de él, está actuando como si fuera su madre,
tiene un comportamiento maternal hacia su pareja, algunas veces tienen la
imagen de su padre en la pareja, la tratan de “papi”, “viejo”, o “hijo”, etc.
También algunas se casan con hombres mayores que podrían ser sus padres, pues
estas actitudes traerían consecuencias de frigidez en el sexo, o su negación a
la relación sexual con su pareja, se mostrará fría y con un pretexto valedero
para la no relación sexual.
Igualmente, ésta actitud induce
y posibilita la impotencia psíquica-sexual de su pareja, por que bien sabemos
que, ningún hombre podría excitarse con su madre, o la mujer no podría hacerlo
con su hijo o padre. Pues el “incesto psíquico” no permite que se llegue a
semejante encuentro.
Esta “ama de casa” o “reina del
hogar” estaría condenada a su frigidez ya que esto perturbaría la relación
amorosa. Pero, ante una crisis amorosa, ésta mujer se podría reencontrar con su
verdadera condición de mujer.
En ambos casos, tanto el hombre
como la mujer, tendrían consecuencias negativas para la satisfacción sexual, la
vida erótica de cada uno responderá a medias y con escasos recursos.
Algunas personas consideran a
la mujer, víctima que es seducida con engaños y al hombre un conquistador, un
hombre que triunfa ante las resistencias de ella, que niegan a entregarse a un
acto sexual, aún cuando ellas tienen deseos de gozar. Entonces, el hombre tiene
que hacer múltiples esfuerzos para vencer esas resistencias que manifiesta la
mujer ante esta acometida. Así, se irá considerando al hombre como un sujeto
conquistador, un galán.
En cambio; A las mujeres, se las consideran víctimas que caen
en la seducción de un hombre y ellas manifiestan: “me uso”, “me engañó”, “yo no
quería, el me buscó”, etc.
Si esto fuera así, entonces
tenemos a un hombre conquistador y una mujer victima seducida. Pero, ¿será así
realmente? o será todo lo contrario.
Angel Quispe Lima.