sábado, 23 de marzo de 2013

LAS AGRESIONES Y LA VIOLENCIA EN LA PAREJA


  LAS AGRESIONES Y  LA  VIOLENCIA EN LA PAREJA

En una relación de pareja puede presentarse la agresión física y/o psicológica, cuando se manifiestan los gritos, insultos, amenazas, golpes, etc. Ò cuando se pretende desvalorizar a la pareja, aparecen los reproches con una continua discusión que perturba la relación, pues en este vínculo comienza a establecerse  la indiferencia, acompañada a veces con amor y odio.

Es de suponer que toda relación  de pareja es por amor  y cuando en un vínculo está el ingrediente de la violencia, ya es señal de mal funcionamiento de la pareja y se caracteriza por los excesos, sin respetar la razón de cada uno.

Estas situaciones vividas complican el vínculo afectivo en la familia, ya que los hijos heredan ésta vivencia y cuando sean adultos lo manifestarán de alguna manera.

Cuando el hijo/a se construye con la violencia, cuando ésta se les trasmite de manera temprana, será una persona violenta en la adultez.

Son los padres quienes tienen la influencia directa para su formación y desarrollo del niño. En consecuencia; la personalidad de un sujeto violento es porque ha sido estructurado así. Por eso en la adultez; Nada mas está manifestando lo que aprehendió en su vivencia infantil.

El proceso de construcción por lo que atraviesa el sujeto violento es:

  1. Ante los padres violentos el niño/a vivencia y se identifica con un ambiente cargado de agresividad.
  2. El niño/a toma como modelo “la violencia”  como la forma de relacionarse y cuando éste hijo es adulto, expresa en múltiples manifestaciones la conducta salvaje.

También podría desencadenar en alguna patología o forma de perversión. Ya que como  los padres son los encargados  y responsables de almacenar la energía sexual del infante. En algunos casos; La violencia experimentada es erotizada y que posteriormente lo manifestaran en el sadismo y/o masoquismo en el sujeto.

Nadie está sólo en este mundo, todos los hombres como seres humanos siempre buscarán formar una pareja, así que después de terminar una relación, más tarde  igualmente buscará formar otra nueva. Sin embargo; con el correr del tiempo, en la pareja se desgastará el amor y el deseo.

Cada uno de nosotros queremos y apreciamos nuestros valores, íntimamente sentimos un amor hacia nosotros y nos cuestan renunciar a ello, a veces la defendemos a toda costa sin darnos cuenta de que tal vez deberíamos ser un poco flexibles con nuestra pareja y nos aferrarnos  a ese capricho, porque esto trae como consecuencia conflictos _ desarreglos en la pareja, pues una relación de pareja necesita de ambos, ambas partes deberían de conceder voluntades, aunque sus deseos sean relegados.

Algunas veces, la pareja tiene problemas justamente por estos sinsabores, es molesto para uno aceptar la voluntad del otro sin que esto sea de su agrado, y si estas amarguras no se tramitan en la pareja, mas tarde  aparecerán nuevamente pero en mayor grado y con consecuencias desagradables. Estos sucesos sucesivos originarían discusiones interminables en la pareja, creando un clima de malestar en la familia.

Eso de imponer lo propio a la pareja, o la defensa caprichosa a nuestra posición personal es por que tenemos miedo de perder aquello que es considerado importante para nosotros y que nos hace diferentes a los demás.

No es fácil priorizar la armonía de la pareja por el de deseo individual.

Si observamos un caso: una mujer quiere mirar su novela favorita,  él quiere mirar el clásico del partido de fútbol. Ante estas pretensiones, uno de ellos resignará a sus deseos, acumulando un rencor que más tarde se manifestará bajo cualquier forma. Inclusive en lo más mínimo. ¿Entonces, con que ganas va a  acceder al sexo con su pareja?

En consecuencia, para evitar estos conflictos se necesita de mucho esfuerzo personal, de tiempo considerable y la voluntad de ceder con características y hábitos de cada uno, renunciar a costumbres de nuestra familia de origen para crear un espacio propio, de ambos, que podría ser valorado por la pareja.

El aporte de ambos enriquece y brinda un mayor potencial de armonía en la pareja y poder así desarrollar proyectos en común, y más aún, el encuentro sexual sería más placentero.

“si un hombre ama a una mujer es porque no la desea
 y si la desea, es porque no la ama”.

Al constituirse una pareja, cada uno debería de asumir lo que ésto representa, alegrías y tristezas, con las características propias de cada persona. Pues estas sensaciones las  tendrá que confrontar cada vez que experimente un encuentro amoroso.

Tenemos que tener en bien en claro que, cada vez que se inicia  una nueva  relación amorosa, se terminará en algún momento, tarde que temprano se terminará por alguna razón. Aunque en algunas veces es por problemas de infidelidad.
A las mujeres se les exige fidelidad total y a los hombres que se les tolere la infidelidad.
Pues él cree que es valedero su conducta infiel, en la medida que satisface sus deseos eróticos que no pudo realizarlo con su cónyuge, pues con esta acción, se complace y reafirma su condición de “hombre”  y así poder gratificarse al ser deseado  por otra mujer que no sea su conyugue.

Algunas mujeres toleran esa infidelidad, por que han aprendido a reconocer y aceptar como un hecho natural de “todo macho“. Dicen “el hombre es así,  que mas podemos hacer”.  Algunas mujeres no encuentran explicación a ese comportamiento de los hombres, tienen dificultad para encontrar una verdadera razón de esta conducta  infiel de su pareja y no les queda otra explicación que “la otra es más joven”,  “más linda”,  “ella no tiene hijos, no trabaja como yo”,  o “él no se da cuenta que le tienen engañado”,  “esa mujer la usa y está por su dinero nada más”, o tal vez se quejan anunciando: “todos los hombres son iguales y lo único que les importa es el sexo, piensan en sexo, sexo y sexo nada más”,  y cuando en ellas se apodera el desprecio, denuncian; “todos los hombres son unos cerdos”.

Y usted, nuevamente se preguntará ¿Por qué serán algunos hombres así?  Por que sencillamente, debemos de reconocer que hay desigualdad entre el hombre y la mujer ya que en la relación, el hombre siempre tratará de encubrir su infidelidad a su pareja.

Si revisamos el primer capítulo, donde digo que la madre es el primer objeto de amor que tiene un niño y que luego lo perderá para siempre, y a partir de ese momento, el deseo sexual hacia ella quedó resignado para otras mujeres que no sea la madre.  Entonces,  sólo conservará los sentimientos de ternura hacia ella.

En la adultez estos registros se mantienen en un sujeto, es como si estuviera dividiendo el amor; por un lado el amor sin sexo, que implica, romance, ternura, cariño, etc.  Y por otro lado ejercer su sexualidad sin ningún compromiso ò vínculo amoroso.

En consecuencia, en hombre no podría estar satisfecho sexualmente a plenitud con una sola mujer.  Puesto que a su cónyuge la sobrevalora afectuosamente, la vè como una mujer respetable, que es la madre de sus hijos, su compañera,  donde se la debe de respetar y cuidar con todo el amor necesario.  Consecuentemente, ella también responde a estas exigencias de su hombre, donde ella la cuidará, atenderá a su marido en las necesidades domesticas y hogareñas.  Entonces; él estará muy cómodo, complacido. Ella igualmente, estará a gusto con él por que tiene a quien cuidar y proteger con su cariño y ternura; como una madre que cuida y atiende a su hijo con todo su amor.

Hasta aquí todo parece funcionar con normalidad en la pareja. Pero el deseo sexual quedará reprimido ò inhibido en ambos.

Él, como hombre que es, buscará satisfacer sus deseos más íntimos con otra mujer que no sea su conyugue, por que en esta otra encontrará la estimulación eróticas deseada.  Pero ésta otra no es cualquier mujer, él considerará que es una mujer inferior a su pareja; puede ser una “prostituta” o una “puta”; Una de ellas que se “entrega” fácilmente y que él puede satisfacer todos sus deseos eróticos mas censurados y reprimidos, y así lograr deleitar sus placeres “sucios”, que no los podría concretar con su conyugue por considerarla una buena mujer, “limpia”.
En estas condiciones expuestas, si éste hombre renuncia el deseo erótico con esta otra y  valientemente mantiene su fidelidad a su conyugue; Se amargaría, hasta se podría enfermar fácilmente, sufriría hasta de impotencia sexual por este conflicto psíquico, porque es aquí donde inconscientemente se remonta la imagen de su madre y el pensamiento incestuoso.  Algunos hombres tienen relaciones sexuales con algunas mujeres a quienes no aman, por que así mantiene distante el erotismo con su conyugue que está imaginariamente representando a su madre.

Entonces; Cuando la otra, elegida solamente para mantener relaciones sexuales, les recuerda en algún momento a su madre o conyugue, éste responde con impotencia sexual, se inhibe psíquicamente, se distancia bajo cualquier pretexto.

Usted habrá escuchado algunos comentarios como:
·         “Teniendo a una hermosa mujer, la engaña con esa cualquiera que no la llega ni a los talones” ò
·         ¿Cómo sale con esa ordinaria, teniendo una mujer tan distinguida?

Por que justamente; El hombre busca exteriorizar la satisfacción de su sexualidad libremente con una mujer “desvalorizada”, donde solamente sea un objeto sexual que le brinde placer, en donde no se inmiscuya ningún compromiso afectivo ò amoroso. Pues, no lo encontraría con su pareja por el amor y respeto que tiene hacia ella.

A veces, vemos como algunos hombres que pertenecen a la clase social considerada alta, buscan o tiene una amante que pertenece a la clase baja.

Entonces; así podríamos entender el por qué el hombre intelectual busca a una mujer mediocre, o el adinerado; a una mujer de escasos recursos económicos.

Y en el caso de las mujeres es parecida al del hombre; el comportamiento sexual y amoroso.

Cuando una mujer ama a su hombre con tanta ternura y brinda atenciones hogareñas, psíquicamente se está disfrazando como si fuera la madre de él, está actuando como si fuera su madre, tiene un comportamiento maternal hacia su pareja, algunas veces tienen la imagen de su padre en la pareja, la tratan de “papi”, “viejo”, o “hijo”, etc. También algunas se casan con hombres mayores que podrían ser sus padres, pues estas actitudes traerían consecuencias de frigidez en el sexo, o su negación a la relación sexual con su pareja, se mostrará fría y con un pretexto valedero para la no relación sexual.

Igualmente, ésta actitud induce y posibilita la impotencia psíquica-sexual de su pareja, por que bien sabemos que, ningún hombre podría excitarse con su madre, o la mujer no podría hacerlo con su hijo o padre. Pues el “incesto psíquico” no permite que se llegue a semejante encuentro.

Esta “ama de casa” o “reina del hogar” estaría condenada a su frigidez ya que esto perturbaría la relación amorosa. Pero, ante una crisis amorosa, ésta mujer se podría reencontrar con su verdadera condición de mujer.
En ambos casos, tanto el hombre como la mujer, tendrían consecuencias negativas para la satisfacción sexual, la vida erótica de cada uno responderá a medias y con escasos recursos.

Algunas personas consideran a la mujer, víctima que es seducida con engaños y al hombre un conquistador, un hombre que triunfa ante las resistencias de ella, que niegan a entregarse a un acto sexual, aún cuando ellas tienen deseos de gozar. Entonces, el hombre tiene que hacer múltiples esfuerzos para vencer esas resistencias que manifiesta la mujer ante esta acometida. Así, se irá considerando al hombre como un sujeto conquistador, un galán.

En cambio; A las  mujeres, se las consideran víctimas que caen en la seducción de un hombre y ellas manifiestan: “me uso”, “me engañó”, “yo no quería, el me buscó”, etc. 

Si esto fuera así, entonces tenemos a un hombre conquistador y una mujer victima seducida. Pero, ¿será así realmente? o será todo lo contrario.
Angel Quispe Lima.