EL MATRIMONIO:
UN
SACRAMENTO DIVINO Y
POR
VOLUNTAD DE LOS NOVIOS
A finales del siglo XVII la iglesia vuelve a ser protagonistas de
momentos cruciales en la familia, hay que destacar la lucha que bregó la
iglesia para que el matrimonio se
iniciara con el consentimiento de
la pareja. A partir de ahora se
habla de esposos y esto se basa en el amor de la pareja y no en
la imposición de los padres a su propia voluntad.
La iglesia quería que el matrimonio fuese algo sagrado,
un sacramento divino, y para llegar al matrimonio debería de basarse en la voluntad de los novios en unirse ante Dios.
De esta forma el padre de familia pierde derechos sobre los hijos. Se le quita un
poder que tenía solamente para él. Antes el padre decidía el matrimonio
de los hijos, temía el embarazo de las hijas antes del matrimonio ya que esto
avergonzaba el nombre de la familia y
ella perdía posibilidades de matrimonio en el futuro, pues la cuestión de “virginidad” era un capital
precioso, para la honra y el buen nombre de la mujer y la familia.
En el siglo XVIII se consolida un modelo de
pareja y familia ideal en el mundo
cristiano. Y justamente en estos tiempos se producen cambios estructurales en la
riqueza de las naciones que influyen en la familia.
Los estados
capitalistas se afirman más todavía en el mundo, tratando de producir seres humanos necesarios para este fin. El sistema capitalista
mundial introduce el valor de mercancía en la persona, la fuerza de trabajo del
obrero adquiere valores miserables para
sobrevivir en la sociedad, de tal manera
que no puede acceder a una educación ni
a una buena salud por la explotación que sufre el obrero y por ende, su
familia.
Para entonces también el niño adquiere un valor de
mercancía, la mujer del obrero corre la misma suerte.
En este tiempo se estimulaba la tenencia y crianza de
niños por que se necesitaba mano de obra
barata para el fortalecimiento del
capitalismo.
En la modernidad, ya no existe "Reyes
ni vasallos". "El
señor feudal y el campesino", " el amo y el súbdito,
esclavo". Todo esto es reemplazado por: "Patrón y obrero"; Es
decir: Ricos y pobres.
En el siglo XIX retrocede esta forma de
crecimiento poblacional, las mujeres no
quieren soportar esta vergüenza de ser madres solteras.
Simultáneamente comienza una gestarse opiniones abortistas en el mundo, y la alimentación también es
renovada, se difunde el biberón, la leche envasada, etc.
Desde ahora la madre comienza a ser un personaje
principal en la familia, y más aún llega
convertirse en imprescindible en el
hogar, la madre tiene todas las atenciones y es merecedora de halagos por los
hijos y marido. (Recordemos día de la madre).
En este siglo se
puede ver como el poder paterno se ve limitado y sufre muchos tropiezos por la resistencia que le pone la ley.
El estado vela sobre la familia y le permite intervenir cuando existen
problemas.
Por ejemplo: Ante una separación conyugal el padre y/o marido
está obligado a dividir su patrimonio con su cónyuge (así se demuestra
que se disuelve su poder absoluto que tenía antes).
Pero ya a principios del siglo XX se manifiesta
claramente la lucha de padres e hijos por la cuestión de límites y
libertades. Antiguamente, tan
fuerte era la autoridad de los padres sobre los hijos que estos no tenían
derecho a tener su vida privada, los padres le daban tareas, los vigilaban, decidían sobre sus amistades, sus
estudios, etc. Los padres adinerados elegían el estudio de su carrera profesional del
hijo, y los padres pobres escogían su
oficio u ocupación de los hijos, hasta le buscaban trabajo y los ubicaban donde
ellos querían.
En las
familias adineradas se acostumbraban
concertar el matrimonio de los hijos, y si no era así, difícilmente
aceptaban el matrimonio de
ellos. Pero; entre la gente pobre se tomaba en cuenta los intereses afectivos, porque no había intereses de patrimonio entre las familias.
En cualquiera clase social a la que se pertenezca, el matrimonio de los hijos es señal de independencia de ellos. En
consecuencia: “Los hijos no serán independientes mientras sigan viviendo con
los padres”.
Angel Quispe Lima.