EN
LA MODERNIDAD
Este mundo
contemporáneo y globalizado, exige ser persona capacitada, por eso es que se prioriza la escolaridad de los
niños, apenas empiezan a hablar son
ingresados a recibir articulación escolar por los cambios profundos que atraviesa la sociedad, ahora el niño se
socializa a temprana edad, y como los padres deben de estar más capacitados
para atender sus compromisos laborales y sociales, delegan funciones de crianza a otras personas o
instituciones.
Antes la familia era la que se encargaba de la educación
de los hijos; Pero ahora, la escuela es la que se hace cargo de la educación y
comienza a suplir y cumplir algunas funciones de la familia.
El padre no puede imponer al hijo sus normas como antes,
perdió autoridad sobre ellos, se hacen
más flexibles con la disciplina, pues estas acciones paternas los reciben en las escuelas por los maestros,
muy endeblemente. Entonces; La familia transfiere a la escuela el aprendizaje
de los hijos. Ahora, el padre no tiene el poder ni la autoridad de hace siglos
atrás.
A esto observamos que mientras más avanza el
aprendizaje escolar en la sociedad menos educación familiar obtiene el niño,
llega el momento en que los padres no saben qué hacer con los hijos ya que
la sociedad exige cada vez más
participación de ellos.
Actualmente, a esta sociedad le interesan los niños, la
educación, la crianza, la salud, etc. El estado protege a la madre y le brinda
apoyo y atención; Como el cuidado médico, salarios, vacaciones de post-parto,
etc. El estado está más comprometido que antes, el niño antes era
sólo cuestión de familia, ahora es la sociedad y el estado el encargado
de velar por su educación y crianza, el poder paterno que antes tenía el marido, se ha transformado y transferido a
los especialistas y profesionales que
delega la sociedad.
El niño pasa más tiempo en la escuela y en actividades
escolares, es el maestro el que lo educa y el que transmitirá las normas
sociales, la moral, y el saber.
Entonces este niño hará extensivo estos conocimientos en
la familia y el hogar.
Y como siempre; La familia adinerada no
aplica tanto este proceso, ellos envían a sus hijos a escuelas privadas
para una mejor preparación y seguir
transmitiendo sus propios valores.
Ante todos estos acontecimientos, el respeto al padre
cae, la figura masculina declina en
contraposición de la figura de la mujer que logra un ascenso en su condición.
La mujer obtiene respeto y consideración
de la que se es acreedora por ser madre a la vez.
En estos tiempos modernos el padre sufre muchos recortes
de su poder que tenía
antes y esto hace que los hijos y la mujer tengan muchos beneficios,
ahora todo es al revés con el padre, la
mujer ya no es su sirvienta, ahora es su compañera.
Mujer y hombre; los dos al mismo tiempo comparten todo esfuerzo y sacrificio para criar, educar
y cuidar a los hijos y sostener a la
familia.
En estas condiciones en la que se encuentra el
padre, no sólo declina su función, sino
que peor aún, ahora está en la mirada vigilante del estado y la sociedad para
que cumpla su función de padre y no abuse o maltrate a los hijos y a la mujer.
La sociedad
actual, capitalista; Con todo su
aparato productivo, necesita e incorpora a la mujer al trabajo. Esto a su vez
genera una mayor producción y simultáneamente el mercado femenino se amplía
revolucionariamente en las costumbres,
normas jurídicas, y los quehaceres tradicionales de la mujer.
Ahora la mujer ocupa un lugar en la sociedad y el estado,
en la fábrica, escuela, oficina, gerencia, presidencia, etc. Tan igual que el
hombre, las leyes actuales reflejan esta equivalencia.
Entonces; Como la actividad laboral entre el hombre y la mujer es tan igual en la
sociedad, lo mismo ocurre en casa y en la cama.
El trabajo en el hogar
tiene la misma función, planchar, lavar, cocinar, cuidar a los niños,
ya no es tarea solamente de la mujer, comienza a ser una actividad
compartida.
Si el hombre tiene que competir con otros hombres el puesto de trabajo, es más difícil ahora
para ellos, porque a eso se suma la
mujer también en la competencia, y en algunos casos el hombre está subordinado a la mujer.
Ahora que la mujer comienza a trabajar y a competir con
el hombre en el campo laboral, también tiene la oportunidad y posibilidad de
controlar la concepción del hijo. Y más aún todavía, la cuestión de infidelidad
ya no es propia y exclusivamente del
hombre.
La mujer que se precie de ser madre se ha reservado un
lugar en la sociedad y en la vida, la
“madre” tal como lo conocemos ahora, se ocupa
de su niño, pues ella es un personaje
muy importante dentro de la familia, está
bajo objeto de cuidados y
experimenta el amor de una madre. Esta experiencia de ser madre se es
valorada, pues la gestación, el parto y
el amamantamiento es el conocimiento de ser una madre que ningún hombre
podrá experimentar. Pues, la madre tiene presencia fundamental en la sociedad,
la vida y el crecimiento del hijo y que luego éste será un ciudadano de este
mundo.
Es por eso que la legislación protege la lactancia y los
cuidados maternales que son imprescindibles para el infante.
Estos tiempos modernos, originan grandes cambios en la
familia y la figura del padre; ahora, los padres y la familia están observados
por la sociedad y la ley, y este modo de vida condiciona al padre, lo
limita en su mundo hogareño.
Los afectos, el cariño, etc. Son intercambiables en cada
uno de los miembros de la familia entre sí, pasan a depender, de acuerdo a como cada padre
los suministre.
Entonces; Dependiendo
de ellos emocionalmente, éste padre trata de ganárselos, brinda afecto
a su mujer y a los hijos de ella para estar bien con ellos.
Pues la figura del padre también se puede
reemplazar.
Los niños conversan entre ellos y hablan de su papá de
sangre y papá de corazón.
En estos tiempos,
no siempre es una familia, el matrimonio y sus hijos; se sabe que muchas
mujeres divorciadas con hijos y/o madres solteras mantienen sus hogares en las cuales su pareja se es
intercambiable.
Antes el hombre consideraba a la mujer sólo como un
objeto sexual, la mujer solo era una fuente de placer sexual para él, no tomaba
en cuenta la satisfacción sexual de
ella. Ahora esta situación cambió. “la
mujer reclama igualdad en la cama, la mujer también busca placer por el placer
mismo que esto significa. Las mujeres como los hombres comienzan a entenderse,
comprenden que el goce, la satisfacción sexual
es válida tanto como para él y ella recíprocamente, ahora se habla de
compañero sexual”.
La mujer se dignifica con eso de la liberación sexual,
exige el derecho a una sexualidad plena, para esto, influyen fuertemente los
métodos anticonceptivos que comienzan a ser cada vez más eficaces. Las mujeres se inician sexualmente cada vez
más temprano, con menor temor y sin
compromiso social pues su vida sexual no
está supeditada al campo laboral, ni económica ni conyugal.
Ahora la mujer tiene un nuevo rol en la sociedad, y su
proyecto personal y de pareja, están separados y complementados.
En la actualidad se
experimentan grandes transformaciones
en la pareja. En la distribución de autoridad, los roles femenino y masculinos
son autónomos, se habla de posibilidad
de disolución de vínculo, se entiende claramente las diferencias
entre procreación y sexualidad. Pero;
Estas situaciones hace que la mujer pierda su atractivo materno, pues cada vez
más las mujeres no quieren tener hijos o se limitan a tener uno ó dos con el fin de
brindarles una mejor atención y educación. También la condición de
madre, reduce las posibilidades laborales, ya que ella tiene menos oportunidad para el mercado
laboral y mientras pasa el tiempo nos
encontramos con más resistencia a la maternidad.
“La mujer contemporánea, se da el gusto de poder estudiar,
trabajar, disfrutar de una vida autónoma, gozar de su ocio, dinero y
su sexualidad libremente, esta mujer está preocupada de su bienestar físico y
psíquico, no está dispuesta al sacrificio
por el marido, no quiere repetir como antes hicieron su abuela o su
madre, ésta mujer
“desea algo más”. Valora la calidad de su persona autónoma,
y reclama su presencia en estos tiempos modernos tal como ella
quiere”.
¿Y el padre?:
En este proceso de
modernización cuando la figura paterna decae,
genera consecuencias muy graves en los hijos.
Actualmente el padre carece de autoridad y automáticamente declina
su imagen paternal y masculina, entonces la personalidad del padre se ve
ausente en la familia; Éste se encuentra
fraccionado o enmascarado con una imagen débil.
Los roles femenino y masculino se mezclan, se pierden, se
confunden y en algunos casos los hijos
comienzan a tener más, de la madre que del padre en las identificaciones,
(sabemos que el hijo siempre espera la figura masculina del padre para su identificación).
Y como la madre no es portadora de la imagen masculina, éste hijo sufre el abandono
del padre, tiene un vacío. Pues necesita
lo fundamental para consolidar su identidad sexual de varón.
La presencia del hombre como PADRE en la familia, también
hace referencia con la hija, ya que facilita
que su hija, como mujer que es, se
identifique también con lo femenino.
Es necesario e imprescindible que el padre dé muestras de su masculinidad y autoridad en la familia. Pues su presencia en
el hogar debería ser regularmente constante.
Y lo importante es; Que cumpla su función y sus roles para lo cual se le ha asignado en este mundo; Como hombre ante
la pareja y como padre en la familia.
Esto no debería de quedar al margen ni disminuido aunque se tenga
una madre dominante y autoritaria
en la familia.
Bien, como verán, después de este largo recorrido nos
encontramos en un tiempo final,
este camino es histórico para el hombre y la mujer ya que
juntos enfrentan cada vez más a grandes desafíos, hoy
necesitan y están obligados a
aportar a la constitución y construcción
de una identidad post-moderna de los
hijos, es un trabajo difícil para los padres porque, para estas exigencias ni
siquiera todavía han resuelto sus
propios cambios y roles;
Generando vacíos y heridas impactantes en sus hijos.
El comienzo de éste milenio nos exige asumir roles desconocidos y convoca a
mujeres y hombres y por la tanto a la
pareja a un gran desafío, de adecuarse con madures a los cambios sociales y el
campo de las relaciones humanas que provocaron profundas transformaciones en nuestra identidad,
generando cambios revolucionarios hasta nuestros días y por estas nuevas
formas de relacionarnos, donde se eliminan
el sometimiento de la mujer y la
absoluta autoridad del padre.
Ángel Quispe Lima.